Cómo adquirir el gusto por el vino

A muchos nos encanta ir a degustaciones de vinos o tomar una copa de vino en una ocasión especial, pero cuando lo bebemos, nos desagrada el sabor fuerte y seco de los taninos. Por suerte, adquirir el gusto por el vino es más fácil de lo que crees. Hay tantas variedades, ¡que alguna te va a gustar! Hay tantas variedades, ¡que alguna te va a gustar!

PASOS

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   Prueba muchos vinos. Tal vez no te guste el vino porque los que ya probaste no son compatibles con tus gustos. Al exponerte a una gran variedad de vinos, incrementas la posibilidad de que encuentres uno que te guste mucho.
   • Los distintos varietales (varedades en los vinos) tienen diferencias obvias y sutiles, en sabor y en carácter. Los cambios de sabor, dulzura, aroma y otras características son el foco de los vinos varietales, los más comunes en el mercado.
   • Los diferentes mezclas combinan las características de varietales de uvas para crear sabores balanceados y complejos –a veces necesitan años para lograr un sabor maduro.
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     Hay muchos más vinos que el blanco y el tinto: rosé, vino de hielo, vino espumante, madeira, oporto, jerez, y luego los destilados del vino, como el armañac o el brandy.  Todos ellos surgen de diferentes métodos de procesar la fruta, el jugo o el vino.
   • Vinos jóvenes y añejados. Se diseñan tanto vinos para ser consumidos inmediatamente como para mejorar con el pasar del tiempo. Prueba ambos tipos, y compra un lote del mismo vino y prueba uno cada año, para experimentar el sutil cambio del tiempo.
   • Algunos vinos son más accesibles para quienes están aprendiendo.
     • Los vinos blancos no tan secos como el Viognier o el Riesling son más fáciles de apreciar para un novato, comparados con un Sauvignon Blanc muy seco o un Chardonnay.
     • Entre los tintos, el Zinfandel californiano, menos seco, es más frutado y puede ser más accesible que un Cabernet o Pinot Noir.
     • En general, los nuevos vinos de California y Sudamérica tienen un sabor frutal más pronunciado y son menos secos que los vinos franceses o italianos. Podrían ser un modo más fácil y barato de entrar en el mundo del vino.
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   Toma tu tiempo al degustar el vino. No exageres, pero para aprovecharlo al máximo, deberías degustarlo lentamente.
   • Gira el vino vigorosamente en la copa, y observa cómo se ve y actúa. Examina el color, especialmente a contraluz.
   • Usa una copa que atrape el aroma, y huele profundamente después de girarlo (los aficionados meten la nariz en la copa al hacerlo). Busca comparaciones con otras cosas que hayas olido, como fruta cortada, hierbas picadas o incluso té caliente.
   • Gira el vino en tu boca, sintiéndolo. Hazlo pasar por la punta, ambos lados de la lengua, debajo de ella y el final de la boca. Luego de degustarlo, trágalo o escúpelo. Luego respira por la boca llevando el aire a todas sus partes. Esto cambiará el sabor del vino, a veces, fuerte y repentinamente. Nuevamente intenta establecer comparaciones con otras cosas que hayas probado. Siete los cambios del sabor a medida que se disipa en la lengua, y cuánto dura ese "final".
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   Descubre tu paladar. Ningún vino se adecua a todos. Todos tienen sus preferencias, y al conocer las tuyas, puedes mejorar tus selecciones y experiencias significativamente. Al degustar el vino, anota tus impresiones, y busca esquemas en tus preferencias. Los vinos tienen cuatro componentes básicos: sabor, taninos, alcohol y acidez. Pueden tener sabor a frutas, cuero, especias, nueces, vainilla o alguna combinación de los mismos. ¿Cuáles te gustan? ¿Prefieres taninos fuertes o sutiles? ¿Y el alcohol y la acidez?
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   Experimenta con el vino.
   • Retira del refrigerador el vino blanco unos 30 minutos antes de servirlo, y enfría el tinto unos 20-30 minutos antes de probarlo. Cuando el vino blanco se sirve demasiado frío, las notas frutales y florales disminuyen y aumenta la percepción de la acidez. Enfriar el vino tinto delicadamente ayudará a reducir el sabor del alcohol, lo que puede tapar otros sabores cuando el vino está tibio.
   • Prueba los vinos con distintas comidas. Los vinos blancos secos combinan con frutas y quesos suaves, como el Brie. Los tintos fuertes y de cuerpo tienden a combinar con sabores robustos como la carne asada, vinos añejos o chocolate muy amargo.
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     Muchos vinos se benefician con el decantado (verterlo en una botella con una gran superficie). Exponer el vino al aire suaviza los taninos y balancea los sabores. Los vinos secos, de cuerpo, suelen mejorar con el decantado, especialmente cuando son jóvenes.
   • Los snobs del vino rechazan la idea de mezclarlos, pero el vino con hielo, mezclado con jugo de frutas, con licores u otras cosas extrañas puede dar bebidas de excelente sabor.
   • Agrega hielo especialmente con los vinos más pesados o dulces. El frío adormila tus papilas sensitivas, disminuyendo la fuerza de algunos vinos (y sus cualidades astringentes).
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   Bebe vinos en diferentes lugares. Tu nivel de confort, los alrededores e incluso la hora del día pueden influenciarte al probar el vino. Igual que muchos disfrutan de una cerveza fría frente a la TV, tal vez la privacidad de tu casa al final del día, una cena romántica, o un evento social con música y buena comida te hagan sentir más aventurero..
   • Prueba vinos maridados con diferentes tipos de comida, especialmente con frutas, quesos y carnes.
   • Prueba los vinos en lugares donde puedas disfrutar de una bebida suavemente alcohólica: eventos deportivos, picnics, un recreo a la tarde o bares de moda. Descubrirás que cada vino combina con un ambiente: los dulces espumantes para una celebración, un tinto profundo para leer un libro a la noche, etc.
   • Algunos vinos funcionan según las estaciones. Los blancos frutales fríos son buenos para los días de calor, y el vino caliente y especiado es tradicional para las noches largas del invierno. Busca en tu historia familiar tradiciones de vino que no conozcas.
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   Haz muchas cosas relacionadas con el vino. Lo más interesante del vino es que no es simplemente una bebida. Hay una gran historia que va de la uva al vaso. Al aprender sobre el vino, crecerá tu apreciación y estarás más receptivo al probar distintas variedades.
   • Estudia las uvas, la viticultura, la historia del vino y sus regiones, etc. Lee periódicos sobre el tema.
   • Haz tours a los viñedos, visita vinerías y ve a degustaciones.
   • Encuentra bares de vinos y restaurants con buenas bodegas para probar vinos raros o inusuales, y maridados con diferentes platos.
   • Sal con otros interesados, únete a un club de vino, anótate en boletines.
   • Aprende la jerga. Presta atención a las palabras que describen los vinos y sus sabores. Al menos, aprende a pronunciar los nombres de los distintos tipos de vino.
    CONSEJOS

• Observa la moda hacia la variedad, de experiencias, tipos, edad, situación. La variedad de oportunidades es la mejor forma de adquirir el gusto por el vino. El buen gusto es sólo la habilidad de elegir vinos que puedas disfrutar.
• Oye las elecciones de los demás, y compáralas con las tuyas. Si a tu tía ensalza el Chianti pero le gustan los vinos demasiado secos para tu gusto, entonces habrás encontrado un vino que no te gustará. Pero si un amigo al que le gustó lo mismo que a ti compra algo que nunca probaste, es muy posible que lo quieras probar.
• Por sobre todo, ¡deja que tus papilas decidan! Si algo no te gusta, no lo bebas. La vida es demasiado corta para tomar vinos que no te gustan, incluso si el editor de Snobs del Vino lo ensalzó el mes pasado. Un Chablis barato o un rosé te podrían encantar, incluso si la revista habló mal de ellos.
• Recuerda que no todos los buenos vinos se conservan. Algunos no se pueden guardar en la bodega, así que bébelos en su momento de plenitud.
• El vino es muy susceptible a la oxidación. Una botella abierta se arruinará en contacto con el aire, y es mejor consumirla dentro de las 24 horas.
• El color es un buen indicador de que un vino blanco está malo. El vino blanco debería tener un suave matiz dorado. Cuando el color es más oscuro y se acerca al naranja o al marrón claro, ya no se puede tomar.
• El vino suele consumirse durante la comida o después de la misma y con otras bebidas. Comer o beber (incluso otros vinos) antes de consumir un vino puede afectar su sabor. Evita la comida y bebida dulce antes de tomar vinos secos. (Nota: Los efectos de los dulces pueden permanecer 30 minutos.) Hay excepciones. 
• Algunos chocolates amargos pueden complementar  tintos relativamente secos. Pero cuidado, a muchos no les gusta combinar un buen tinto seco con un postre dulce.
• Ve a degustaciones en vinerías. Aprenderás sobre vinos y sus variedades.